Hoy vengo con ganas de escribirte. De escribirnos.
De recordar aquellas noches en vela pensando en ti, pequeña.
De que vuelva aquel sabor agridulce a mis labios.
Dulce recuerdo, amarga, dura realidad sin ti.
Sin ellos.
Sin los mordiscos en nuestros cuellos,
los que susurraban los te quiero's más bonitos.
Bonitos como nuestras lenguas siguiendo el compás de aquellas embestidas a la cama,
hechas con rabia y ganas de seguir sintiendo.
Vengo con ganas de seguir queriéndote una noche más.
Con ganas de no olvidar,
de seguir echando de menos con ese "te" al final.
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