lunes, noviembre 05, 2012

Now or never.

Recuerdo como hace unos meses me lamentaba por quererte, por necesitarte, por depender de ti. Lamentaba el ser tan idiota, ingenua, ilusa... Veía como pasaban las horas y contaba los días que me quedaban para volver a estar a tu lado. Esa eterna espera para una sola tarde de felicidad, ¿merecía la pena?. Sí. Todo mereció la pena. Absolutamente todo. No me arrepiento de nada de lo que he hecho, mas bien, me arrepiento de lo que no he llegado a hacer por vergüenza, por miedo a perderte...
Aun así, sigo arrepintiéndome de no hacer cosas, sigo sin armarme de valor y vivir el ahora o nunca. Bueno, lo vivo, pero siempre escojo el nunca y luego me arrepiento. 

Porque cada vez que elijo ese "ahora", saltan las alarmas en mi mente. Esa vocecita que me dice que lo estoy haciendo mal, que pare cuanto antes. Esa respuesta al instinto de hacer lo que quieres. Lo que de verdad te apetece en el momento. Pero cuando de verdad siento que nada puede salir mal e ignoro las alarmas, me doy cuenta de lo que me he perdido hasta el momento. Esa sensación efímera de que nada más importa. Esos pocos segundos en los que te siento cerca, en los que se acelera el pulso, me olvido de todo por completo y me limito a vivir el momento, a grabarlo a fuego en mi memoria. Y otra vez, vuelven a saltar las dichosas alarmas...
Supongo que sigo teniendo ese miedo a que todo cambie, a volver a ser débil, a necesitarte y no tenerte, ese miedo a... volver a perderte.