jueves, mayo 17, 2012

Solía ser amistad

Duele ver como ya no sirves, no haces falta a esa persona cuando un día fuiste todo lo que tuvo. Defendiste lo imposible por ella, perdiste personas por conservar su amistad y ahora todo eso se desvanece... Se esfuma en una nube del tiempo.

Miras atrás, momentos vividos, algunos algo borrosos de tantas cosas que vivisteis juntas, imposible recordarlas todas. Recuerdas los momentos felices junto a ella, las risas, las bromas, apodos cariñosos... También recuerdas los enfados tontos, muchos enfados, pero ni mil enfados podrían destrozar una amistad tan fuerte, algo especial os unía. Ahora, eso no es nada, hasta el simple roce de una pluma podría cortar el fino vínculo que os une. Lo peor, es que a ella eso ya no le importa, no eres nada.

¿Y qué hacer?, fácil: Hablar, tenéis que hablar. Planeas todo lo que quieres decirla, hacerla un breve resumen de vuestra historia, incluyendo malos y buenos momentos, risas y llantos, por si acaso, escribes una carta con todo lo que piensas.

Llegas allí, frente a ella y sus ojos ya no son como antes, no transmiten lo mismo. Está ahí, quieta, fría, distante y borde... No te salen las palabras, es imposible, sabes que ella no es así y que ha cambiado mucho por culpa de algunas personas. Te acercas y le das la carta diciendo "Ten, es tuya, léela, rómpela, haz lo que quieras, pero si te vas, por lo menos, quiero que estés avisada de las consecuencias"...

En esa carta dices lo mucho que te importa a pesar de no haberlo dicho mucho con palabras, pero que con tus actos lo intentabas demostrar. No eres perfecta, pero siempre has intentado serlo para ella, para verla feliz. Ha sido una hermana para ti, ha estado en los malos momentos, al igual que en los buenos. En definitiva, es importante para ti y a pesar de todo lo que ha hecho sin razones, la sigues queriendo.


miércoles, mayo 09, 2012

Sin ti.

A veces el subconsciente nos traiciona, haciéndonos volver a momentos pasados, recordándonos un olor, un lugar, una persona...
Otras veces actúa en nuestra contra haciéndonos soñar con cosas que sabemos que jamás pasarán.

La otra noche soñé contigo. Estabas ahí, enfrente mía, de pie, con los brazos abiertos, preparándote para un abrazo. Yo corrí hacia ti sin pensármelo dos veces, estabas allí, no podía perder la oportunidad de volver a abrazarte, ya que nunca se sabe cuando podría volver a hacerlo. Te abracé. Aunque solo fue un sueño, esa sensación... Esa sensación era demasiado real. Esa sensación de calor, de tenerte entre mis brazos, era todo tan... real.
Recuerdo unas lágrimas recorriendo mis mejillas mientras te abrazaba... Supongo que es mi forma de expresar lo mucho que te echaba de menos. Sentirte aquí, a mi lado. Puedo ser frágil, puedo llorar abrazada a ti, nada me va a pasar, tú me proteges.
Consigo ver algo a través de las lágrimas. Veo tus ojos, tus preciosos ojos mirándome, unos ojos llorosos acompañados por la sonrisa más bonita, la sonrisa de tus labios. De pronto, empiezo a oír tu voz dulce, cariñosa y cálida pregúntandome porqué lloro. Te miro, me encojo de hombros y con voz temblorosa y entrecortada consigo decirte "Te echaba de menos". Tú me sonríes y me abrazas aún más fuerte que antes. Mientras, me recuerdas lo tonta que soy por llorar, que nunca te has ido y nunca te irás, estarás ahí por siempre. No quiero soltarte, temo perderte, y estoy tan a gusto con tus brazos rodeándome, que no sé bien si quiero despertar... pero se acerca el momento, no lo puedo evitar. Me aferro a tu recuerdo como una niña pequeña, la niña que aún soy, la niña en la que me convierto cuando estoy a tu lado.

Abro los ojos y me hallo abrazada a la almohada empapada en lágrimas, aún pensando en lo que acabo de soñar. No quería despertar. Enfrentarme otra vez a la dura realidad sin tus abrazos, tu mirada, tu sonrisa... una dura realidad, sin ti.

jueves, mayo 03, 2012

Cambios

El tiempo pasa y no perdona. Las personas cambian, vienen y van. Mientras tú ves como todo cambia a tu alrededor. Te paras un instante, miras atrás y empiezas a recordar. Te transportas a diferentes recuerdos con distintas personas. Personas que no parecen las mismas. En menos de una semana una persona puede cambiar más que en toda su vida. Puede pasar de ser la persona más dulce y adorable a ser la persona más seria y distante que has conocido nunca.

Nunca se sabe cuando la indiferencia empieza a hacer más daño que una mala contestación. La indiferencia es más dolorosa que el odio. 

Esa sensación de mirar a una persona que ha estado una vida a tu lado y no poder reconocerla. No hablo físicamente, no. Hablo de su personalidad, de como es, como se comporta, como te trata después de tanto tiempo. Llegasteis a ser tanto y ahora sois tan poco... Sois dos extrañas que se miran sin sentir nada en absoluto. Solo cuando la miras desde la lejanía y observas sus movimientos, sabes que realmente no es ella, ha cambiado. Ya no es esa amiga que un día estuvo a tu lado, no, y no volverá, nada será igual. 

Lo único que puedes hacer es seguir hacia adelante, ella se quedó atrás hace mucho, aunque físicamente esté cerca, moralmente, no lo está, la has perdido. 
No es culpa tuya, es culpa del tiempo y de terceras personas, si no, todo seguiría igual, seguiríais siendo amigas.
Mirarle a los ojos y sentirte avergonzada, saber que habéis cambiado las dos. No poder retenerle la mirada por mucho tiempo. Ya no es igual. Es una extraña, una persona más.