domingo, diciembre 04, 2016

Inexplicable.

Es curioso cómo algunas personas serán siempre algo superior a nosotros, a nuestro entendimiento. Seres llenos de luz, como de otro mundo que tendrán siempre el poder de iluminar nuestros días más tristes con cálidas luces de color y hacernos sentir tan libres, tan vivos y a la vez tan grises, tan pequeños comparados con su grandeza.

Es curioso cómo podría seguir pasando el tiempo y esa persona seguiría teniendo el poder de chasquear los dedos y encontrarte en la palma de su mano sin que te dieses cuenta hasta que fuese demasiado tarde.

Lo curioso de verdad es el poder que tienen sobre ti todas sus acciones, todas las consecuencias que te acorralan en cada momento, que no te dejan apenas respirar. Porque temes que se caigan de ese altísimo pedestal que un día construiste exclusivamente para ellos, que iba creciendo con cada acción y decisión que tomaban, con cada palabra de cariño, con cada caricia y cada abrazo.

El colmo de este cúmulo de curiosidades es que no sean conscientes de lo alto que se encuentran para ti, de la inmensidad que sientes en tu pecho cada vez que miras desde abajo, porque son esas personas, las que de verdad importan, son aquellas a las que confiamos nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestro bienestar, sabiendo que jamás lo dejarían caer, pero que tarde o temprano, podrían hacernos dudar de si hicimos bien.

sábado, julio 23, 2016

Comámonos el mundo.

Sé que aún no nos conocemos lo suficiente pero siento que eres tú quien estaba destinada a ser la que erizase mi piel en las horribles noches de verano, quien me robase las sonrisas sin ser siquiera consciente de lo que hacía.
Algo dentro de mí reconoce que tu mirada es aquella luz al final del túnel que nunca imaginé volver a ver. Porque a veces esa luz es la persona que menos esperamos.

Cuando nos vimos por primera vez, ni siquiera pensé que te llegaría a sentir como te siento ahora.

Necesito tardes de tus adorables sonrisas, de tus historias.
Necesito noches de cine (y de película) a tu lado. Fotografías en blanco y negro, vacaciones en Roma. Viajes en coche cantando como crías clásicos de los 60's mientras mi mente decide filmar cada segundo, a cámara lenta, fotograma a fotograma y atesorarlos en el rincón más seguro de mi memoria.

Porque tú eres la verdadera estrella de lo que ya deseo llamar Nuestra Película.

martes, enero 26, 2016

Parte V

Buenas noches.

Odio empezar con tales eufemismos cuando ni siquiera la noche está siendo buena con nosotros.

Es la noche quien nos atrapa y oscurece todo, nos oscurece. Oscurece los recuerdos, los sentimientos y apaga todas las luces para que el futuro siga siendo igual de incierto.

A veces pienso que vivo en una noche permanente, que yo soy mi propia cárcel y me privo de mi propia libertad. ¿Lo peor? No puedo controlarlo. Creo que no hay peor sensación que ser consciente de algo, y a su vez serlo, de que no puedes cambiarlo. Quizá estoy demasiado acostumbrada a tener "todo controlado",  y cuando algo está fuera de mi alcance, pum. Se funden las luces, llega la noche y desaparece casi toda la esperanza. Sí, casi toda. Porque estoy segura de que lo único que me mantiene con vida es esa pequeña chispa de esperanza.

'Its just a spark, but its enough to keep me going'... y se me eriza la piel con cada nota desde que entiendo el verdadero significado de esta canción. Last Hope.

Sé que no debería querer tener todo bajo control, ni volverme loca cada vez que algo se tuerce, o se apagan las luces y no soy capaz de ver lo que me espera por mucho que quiera adelantarme a los acontecimientos. Sé que aunque no lo vea, debe haber algo mejor por el camino y tengo que luchar por salir del agujero en el que mi subconsciente me sumerge cada vez más.

Cuando las voces de tu cabeza se alían en tu contra y hablan todas a la vez para convencerte de que no puedes, cuesta más. Estoy sola en el campo de batalla, y ellos son demasiados. No paro de pensar que estoy gritando "ayuda" con la mirada, pero las voces crean un escudo imposible de traspasar incluso por las emociones.

lunes, septiembre 14, 2015

Koi no yokan

Aún sigo preguntándome qué pasa con las mariposas de mi estómago. Que cada vez que te veo aparecer, de nuevo se alteran y empiezan a revolotear haciendo de este caos, no sólo arte, sino una obra maestra que lleva nuestros nombres de título.

Dejan una estela como la de tu pelo alborotado cuando nos viene el viento de frente y te miro, sin que te des cuenta, y pum.
Ahí están otra vez, con tan solo recordar tu carita, las ventanas de tu alma que son de un color que aún no sé muy bien cómo describir.

Sé que nunca te gustaron las etiquetas y a mí nunca me importaron, por eso me limito a disfrutar de lo que ven mis ojos en vez de intentar describir cómo es tu mirada, tu sonrisa o todas las sensaciones que envuelven mis sentidos y recorren cada nervio de mi cuerpo cuando tu piel roza suavemente con la mía.
Cuando tu voz me susurra un te quiero o de entre tus labios sale una carcajada y tu rostro se ilumina y vuelves a brillar.

Que las mariposas se alimentan de tus besos, tus caricias, de tu olor...
Tú las mantienes vivas y me das la vida a mí.

Me pregunto muchas cosas sobre estas mariposas, pero no me preocupan. Lo que de verdad me preocuparía sería su ausencia porque reflejaría la tuya. Vería mariposas volar libremente posándose en los pétalos de todas las flores y, entonces, asaltarían los recuerdos mi memoria. Me veo sonriendo como la idiota que soy, con tu simple recuerdo.
Porque te recuerdo y la vida tiene unos colores cada vez más fuertes y lo adoro.
Porque no quiero saber de dónde vienen, ni espero que se marchen nunca estos seres alados que anidaron en mi estómago.

Y estas mariposas vivieron con más ganas que nunca cuando me vi atrapada en tu mirada, mientras ardíamos y una luz roja nos abrazaba, todo lo demás nos daba igual.
Cuando tus pupilas me explicaron el sentido de todo y me di cuenta de lo que de verdad me haces sentir.

Como cuando montas en una atracción sin saber muy bien por qué, y terminas de asumir lo que está pasando al escuchar un engranaje y te dispones a disfrutar el mejor viaje de tu vida. Sabes que no hay vuelta atrás y aunque la hubiese, decidirías no bajar nunca y sentir cada una de sus curvas y el aire escapando entre tus dedos. .

Disfrutar el momento como si no hubiera mañana.
Revivir las mariposas cada día.
Y olvidar todo el ayer.