Esa sensación de poder confiar en ella, como si llevara una vida a tu lado. Ese calor que transmiten sus abrazos, con los que te sientes protegida. Sentir que puedes ser frágil a su lado, ya que nada puede pasarte mientras ella esté ahí. Ver su sonrisa y no poder evitar sonreír también. Estar con ella y cada vez que te habla o te mira no poder evitar tener una sonrisa tímida en la boca. Sentir que con una sola mirada la dices todo, lo mucho que la quieres, que la vas a echar de menos hasta que la puedas volver a abrazar, que si por ti fuese no dejarías que se marchara...
En nada y menos ha conseguido que la tenga verdadero cariño, como una amiga, una buena amiga, me arriesgaría incluso a decir: como a una hermana. Una hermana mayor. Tal vez tenga muchos pájaros en la cabeza, seguramente, pero es así como lo pienso, y de verdad, no quiero que esto cambie nunca.
Quiero poder abrazarte siempre y seguir sintiendo lo mismo, seguir sintiéndome protegida entre tus brazos y poder pasarme las horas muertas hablando tonterías contigo. Cuando hablo contigo es como si volviese a mi infancia, nada mas importa, me despreocupo por un momento y solo me centro en ti, en que quiero verte sonreír y que si no lo haces yo tampoco podré.
De verdad, suena muy ñoño, pero te quiero y no lo puedo evitar. Te conocí de casualidad, y mira hasta donde has llegado, eres genial, en serio, alguien como tú merece tener motivos para sonreír constantemente y si no los tienes procurare dártelos porque te quiero de verdad.