jueves, julio 31, 2014

Parte II

Soy una persona hecha para estar sola, no hay más. Por mucho que quiera cambiarlo esto va a seguir así siempre y, si lo pienso bien, tampoco está tan mal.
Me alivia saber que al final del día llegaré a mi casa, sola, me pondré música e intentaré organizar todos esos pensamientos que han rondado por mi cabeza a lo largo del día. Tendré todo ese tiempo que nadie más tiene para darme. Me permitiré el lujo de olvidar la palabra "agobio" y todos sus derivados, y dejaré atrás ese sentimiento de angustia que me limita durante las horas de sol. Podré sentarme tranquila y dejar para mañana toda preocupación como hago cada vez que escribo.
Algunos estamos hechos para estar solos porque tenemos suficiente con nosotros mismos aunque no soportemos durante el día el triste sentimiento de soledad que de madrugada tanto se agradece.

jueves, julio 10, 2014

Pensando se llega a Roma.

Si te digo la verdad,
esta noche sólo tenía ganas
de escribirte y sentirte
con más de cinco sentidos.

De hacer de tu recuerdo algo real,
ese algo a lo que abrazar
cuando no puedo dormir
de madrugada,
o cuando me entra sueño
a las cuatro de la tarde.

Tenía ganas de que estuvieras a mi lado
y me he sorprendido intentando sorprenderte
con ideas dignas de un bombero.

Ahora sólo me quedan las ganas de recitarte
mil frases de canciones al oído,
de esas que tanto me recuerdan a ti
aunque no tengan nada que ver
las unas con las otras,
o contigo,
o conmigo.

Y esperar a que caigas rendida
después de un día cansado de
no-hacer-nada.

Y contarte mientras duermes
que mi día se ha basado en pensar
en ti, en cómo te estaría
tratando hoy la vida
y lo que me hubiera gustado
no-hacer-nada 
pero contigo.