Hay días en los que me da por pensar y,
cuando pienso, lo hago de más.
Es por eso que intento pensar lo menos posible,
aunque a veces haga menos bien que mal.
cuando pienso, lo hago de más.
Es por eso que intento pensar lo menos posible,
aunque a veces haga menos bien que mal.
Por ejemplo, hoy, he estado pensando en ti.
Otra vez.
Y, joder, será por la de tiempo que llevas paseando por mi mente
de un lado a otro, mareándome con el vaivén de tus caderas al caminar.
Me recuerdas a cada instante cómo no estoy contigo y me haces imaginar cuan afortunado se debe sentir ese alguien cuando eres tú quien empieza una conversación y no resulta nada incómoda. También pienso en cómo teniéndote tan "cerca" tanto tiempo, aún siga tan, pero que tan lejos.
Otra vez.
Y, joder, será por la de tiempo que llevas paseando por mi mente
de un lado a otro, mareándome con el vaivén de tus caderas al caminar.
Me recuerdas a cada instante cómo no estoy contigo y me haces imaginar cuan afortunado se debe sentir ese alguien cuando eres tú quien empieza una conversación y no resulta nada incómoda. También pienso en cómo teniéndote tan "cerca" tanto tiempo, aún siga tan, pero que tan lejos.
Son noches y noches seguidas sin descansar de ti,
te has llegado a colar en sueño tras sueño y, cariño,
siempre siendo la reina de la fiesta, como de costumbre.
Sé lo que aún queda para decir que esto que escribo me encantaría que fuera solo para ti y que pensando se llega a (tu) Roma,
porque voy a paso lento y casi no avanzo,
y dejo de pensar, ya que,
Roma, puede esperar.
te has llegado a colar en sueño tras sueño y, cariño,
siempre siendo la reina de la fiesta, como de costumbre.
Sé lo que aún queda para decir que esto que escribo me encantaría que fuera solo para ti y que pensando se llega a (tu) Roma,
porque voy a paso lento y casi no avanzo,
y dejo de pensar, ya que,
Roma, puede esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario